Los gafapastas son considerados una versión mejorada de los conocidos como modernillos, ya que la capacidad intelectual de éstos últimos no les da para leer un libro de más de 200 páginas ni tragarse los suplementos culturales de los fines de semana (vamos, no saben ni que existen). Los modernillos suelen cubrir estas carencias intelectuales comprándose complementos tecnológicos de última generación como productos manzana.
El día ideal de un gafapasta
Se levanta por la mañana, desayuna zumos raros con un gran aporte vitanimico, mientras algunos bajan al quiosco a comprar El País y llega a la cafetería de siempre. Mientras le sirven el café cortado y una pulguita de tortilla, va directo a la página de la cartelera y piensa: "Joder, en esta ciudad no hay ningún cine decente..." (en caso de gafapasta provinciano-frustrado). Se acerca a la FNAC y echa la mañana entre discos, pelis y libros -o en su caso, si está en crisis consulta las nuevas adquisicones de la biblioteca-. Media de 50 minutos por sección. Llama a su amigo para quedar a comer en el tugurio chino de plaza de España a lo Blade Runner, no se le escapa ni un ravioli con los palillos. Hablan hasta que les echan. Deciden tomar un cafecito por La Latina. Pasarse por la Casa Encendida o el CCCB, según situación geográfica. Saben apreciar el arte contemporáneo por lo que aprovechan para ver exposiciones y consultar miles de folletos que informan de las próximas convocatorias de talleres.(estos folletos le acompañarán por mucho tiempo en su bolso, en una mesa en casa, en la nevera de la cocina...) Temas de conversación: la piratería, el último capítulo de "A dos metros bajo tierra"; cuándo llegará la nueva serie de Lars von Trier a territorio nacional, próximos conciertos... Ya están en la puerta de la filmoteca. Se despiden (el gafapasta SIEMPRE va solo a la filmoteca) y se reencuentran en la cola de la taquilla. Se ignoran. A la salida, van a comprar una botella de vino y a la cenita-fiesta de una amiga de un amigo. Pierde dos horas en repasar toda la filmografía de David Lynch con un pibón y cuando va a entrar en acción, ella se va con un modernillo. Horrooooooooooooooooooor! El gafapasta se consuela con el qué interesante que ella le dijo y viendo películas.
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